En este artículo se recaban informaciones aportadas por la MAYO CLINIC y la GUÍAINFANTIL.COM, que creo que explican muy claro el cuadro y lo qué podemos hacer como padres antes este caso. Espero que os siva de ayuda.
La tartamudez, también llamada «balbuceo» o «trastorno de la fluidez al comienzo de la niñez», es un trastorno del habla que conlleva problemas frecuentes y considerables de fluidez normal y de continuidad del habla. Las personas que tartamudean saben lo que quieren decir, pero tienen dificultades para decirlo. Por ejemplo, pueden repetir o prolongar una palabra, una sílaba, una consonante o una vocal. Que utilicen muletillas o palabras que repiten sin sentido dentro del contexto. O bien, es posible que hagan pausas mientras hablan porque han llegado a una palabra o sonido problemáticos.
La tartamudez es frecuente en los niños pequeños como un aspecto habitual del aprendizaje del habla. Es posible que los niños pequeños tartamudeen cuando sus capacidades del habla o del lenguaje no se han desarrollado lo suficiente como para seguir el ritmo de lo que quieren decir. La mayoría de los niños supera esta tartamudez del desarrollo.
Sin embargo, a veces, la tartamudez es un trastorno crónico que persiste hasta la adultez. Este tipo de tartamudez puede afectar la autoestima y las interacciones con otras personas.
Los niños y los adultos que tartamudean pueden beneficiarse con tratamientos, como la logopedia, usando dispositivos para mejorar la fluidez o con terapia cognitiva conductual.
Síntomas
Los signos y síntomas del tartamudeo comprenden:
- Dificultad para comenzar una palabra, frase u oración
- Prolongación de una palabra o sonido dentro de una palabra
- Repetición de un sonido, sílaba o palabra
- Silencio breve para ciertas sílabas o palabras, o pausas dentro de una palabra (separación de palabras)
- Uso de palabras adicionales como «eh…» en caso de dificultad para continuar con la siguiente palabra
- Tensión excesiva, rigidez o movimiento de la cara o la parte superior del cuerpo para pronunciar una palabra
- Ansiedad por hablar
- Capacidad limitada para comunicarse efectivamente
Las dificultades del habla del tartamudeo pueden estar acompañadas por:
- Parpadeo rápido
- Temblor de los labios y la mandíbula
- Tics faciales
- Movimientos de cabeza
- Puños cerrados
La tartamudez puede empeorar cuando la persona está emocionada, cansada o estresada, o cuando se siente cohibida, apurada o presionada. Ciertas situaciones, como hablar en frente a un grupo o hablar por teléfono, pueden ser particularmente difíciles para la gente que tartamudea.
Sin embargo, la mayoría de las personas que tartamudean pueden hablar sin tartamudear cuando hablan consigo mismas y cuando cantan o hablan al unísono junto a otras personas.
Cuándo consultar al médico o a un logopeda
Es frecuente que los niños de entre 2 y 5 años tengan períodos en los que quizás tartamudean. Para la mayoría de los niños el tartamudeo es parte del aprendizaje del habla y se mejora solo. Sin embargo, un tartamudeo persistente puede necesitar tratamiento para mejorar la fluidez al hablar.
Llama al pediatra para que te derive a un foniatra y/o logopeda, cuando observes las siguinentes complicaciones:
- Problemas para comunicarse con los demás
- Sentirse ansioso al hablar
- No hablar o evitar las situaciones que requieren del habla
- No participar ni tener éxito en el plano social, escolar o laboral
- Ser objeto de intimidaciones o burlas
- Baja autoestima
Causas
Los investigadores continúan estudiando las causas de fondo de la tartamudez del desarrollo. Es posible que intervenga una combinación de factores. Las causas posibles de la tartamudez del desarrollo pueden ser:
- Anomalías en el control motor del habla. Algunas pruebas indican que pueden intervenir anomalías en el control motor del habla, como la coordinación temporal, sensorial y motora.
- Genética. El tartamudeo tiende a ser hereditario. Aparentemente, la tartamudez puede producirse a causa de anomalías hereditarias (genéticas).
- Factores emocionales. Personalidades caracterizadas por impulsividad, inseguridad y baja autoestima, inmadurez, mayor riqueza porductiva que expresiva, …
Factores de riesgo
Los hombres son mucho más propensos a tartamudear que las mujeres. Los factores que aumentan el riesgo de tartamudeo son los siguientes:
- Retraso del desarrollo infantil. Es posible que los niños que tienen retrasos del desarrollo u otros problemas del habla tengan más probabilidades de tartamudear.
- Tener familiares que tartamudean. El tartamudeo tiende a ser hereditario.
- Estrés. El estrés en la familia, las altas expectativas de los padres u otros tipos de presión pueden empeorar el tartamudeo existente.
¿Qué podemos hacer como padres
Una vez que hemos observado el problema, es importante que los padres:
1. No terminen las frases del niño
Tiene que aprender a hablar por si mismo para que vea que puede enfrentarse al problema y salir victorioso del mismo.
2. Crear una relación de confianza
No meterse con él, enfadarse o menospreciarle cuando ocurra este problema.
3. No interrumpirle
Hay que dejarle que acabe las frases. Se le puede animar a que termine, con palabras de aliento, o una sonrisa.
4. Hacerle conocer sus éxitos
Grabarle cuando hable despacio y cuando habla deprisa, para que él se oiga y empiece a ver las diferencias.
5. Cantar con él
Cantar con él
y de nuevo grabarle para que se escuche y que vea que cuando canta no
tartamudea. Explicarle que esto sucede porque cantando ‘gestiona’ mejor
la cantidad de aire a expulsar.
6. Practicar técnicas de respiración con él
Trabajar con el niño la respiración diafragmática (que aprenda a hacer una respiración profunda en la que el aire llegue al diafragma o a la tripa).
7. Practicar algunos ejercicios
Hacer ejercicios de soplo, como hinchar globos, soplar velas, soplar con pajitas… de esta forma conseguiremos fortalecer los órganos fonadores.
8. Alargar las vocales al hablar
Esto sobre todo lo podemos hacer mientras el niño lee.
9. Jugar con las palabras
Trabajar el turno de palabras, como por ejemplo, los padres empiezan una frase, paran y le piden al niño que él la termine.
10. Trabajar las emociones del niño
Enseñarle a controlar las conductas de ansiedad. Trabajar con él el miedo a tartamudear.