A partir de los dos años, el niño utiliza los mordiscos para expresar desacuerdo, malestar o nerviosismo. ¿Cómo podemos corregir esta actitud?
A los dos años, los «no» de mamá y papá deben ser más decididos yes importante explicar al niño por qué los mordiscos son un comportamiento erróneo, procurando entender que hay motivos que empujan a tu hijo a actuar así. Sobre todo, ahora que el niño ya empieza a entender más y mejor las explicaciones.
A menudo, actitudes aparentemente agresivas nacen del temor a afrontar las novedades y es suficiente con estar más cerca de los hijos, más atentos a sus necesidades, para obtener en poco tiempo óptimos resultados.
A veces, por el contrario, los mordiscos expresan cierta ansiedad, estrés o «necesidad de hacer». En este caso, basta con dejar que el niño se desahogue en el parque, en la piscina o llevándole por la tarde a que haga actividades lúdicas que le cansen, para ver cómo en poco tiempo desaparece esta molesta actitud.