No existe un único tratamiento de la enuresis, ya que se trata de un trastorno debido a muchos factores. Veamos cómo deben actuar los papás cuando el niño sufre enuresis.
ACTITUD DE LOS PADRES ANTE LA ENURESIS:
– La respuesta de los padres ante la enuresis del niño también es variable: desde ignorar el problema, hasta mostrar una preocupación excesiva.
– Cuanto mayor es la ansiedad, la probabilidad de que la situación se resuelva se reduce. Es preciso asumir el problema con paciencia, evitando burlas, castigos o humillaciones, que empeorarían aún más el problema.
– A la mayoría de los niños les da vergüenza hacerse pipí, por lo que resulta necesario que sus familias les apoyen. Tampoco conviene tratarle como si fuera un bebé, sobreprotegiéndole. En estos casos, los niños pueden encontrar satisfacción al recibir por parte de sus padres las atenciones del cambio por la noche, cuando se despiertan mojados.
– Lo ideal es intentar que el niño entienda que no pasa nada si está mojado por la mañana, pero que hay que intentar que esto no ocurra. El hecho de saber que otros niños pasan, o han pasado, por el mismo problema que él le ayudará a enfrentarse con la enfermedad. Asimismo, saber que otro miembro de su familia ha tenido el mismo problema también le puede consolar.
ACTITUD DEL NIÑO ANTE LA ENURESIS:
– La respuesta del niño es variable según la edad. Al principio, no le importara hacerse pis en la cama. Después, empieza a preocuparse, en parte, debido a la ansiedad que muestran sus padres. Por el contrario, puede reaccionar de forma transgresora para llamar la atención o imponer sus criterios.
– Cuando el niño es más mayorcito, se acaba desanimando, al ver que no mejora y, sobre todo, al percatarse de que la enuresis condiciona sus salidas (ir de excursión, dormir en casa de un amigo, etc.), llegando a avergonzarse cuando está con otros niños y a tener una baja autoestima. De hecho, el niño suele pedir a sus padres que mantengan la situación en secreto.
– Si el tratamiento resulta efectivo, suelen tomar enseguida una actitud de compromiso y satisfacción ante los resultados. Los papás deben fomentar una actitud de reconocimiento ante los pequeños éxitos.
De hecho, si los dos padres controlaron la orina por la noche más tarde de lo normal, la probabilidad de que el niño moje la cama más allá de los 5-6 años es de hasta un 77%.