Te ofrecemos una guía para que aprendas a no transmitir inseguridad a tus hij@s, para que acaben siendo personas valientes y seguras de sí mismas.
«No tengas miedo«. Repetir esta frase a tu hijo tantas veces como sea necesario podrá ayudarle a superar sus inseguridades. El miedo es el origen de la inseguridad. Hay muchos tipos de miedo: miedo a no ser aceptado, miedo a no hacerlo bien, miedo a no dar la talla, miedo a no ser lo suficientemente bueno… Todos estos miedos en el inconsciente de tu hijo darán lugar a las inseguridades en su consciente.
Si has observado que tu hijo se siente «diferente», y esa diferencia no le deja avanzar en un terreno determinado, observa tus conductas, porque muy probablemente hayas sido tú y tu pareja los que se las habéis transmitido. Debemos tener presente que nosotros, los papás, somos los modelos por los que nuestros hijos se guían. Por eso, cada día, debemos esforzarnos por llegar a ser mejores personas: más seguras, más valientes, con más autoestima…
¿Recuerdas el cuento de El patito feo? Criado con una oca y una gallina, el pobre «pollito» creía que era muy feo y distinto a los demás, hasta que, por fin, descubrió que era un precioso cisne. La moraleja de esta historia es útil para mayores y pequeños: a menudo, nos sentimos distintos porque aún no hemos descubierto cómo somos realmente.
Cómo actuar: cualquiera que sea la razón por la que te sientas «el patito feo» (aspecto físico, trabajo…), es el momento de sustituir la palabra «diferente»por «peculiar» o «especial». Intenta reflexionar sobre tus cualidades positivas y cambiar aquellas cosas que no te gustan. Transmite a tu hijo ese afán por superarse, día a día. Paso a paso, alcanzarás lo que te parecía imposible.