Creo que esta frase que encabeza esta página, sintetiza de manera perfecta el peligro de la sobreprotección hacia nuestros hijos. En nuestra misión de educar y cuidar, al final, si optamos por esta vía, lo que estamos consiguiendo es justo lo contrario.
Si nos preguntan en qué tipo de adultos nos gustaría que se convirtieran nuestros hijos/as, seguramente diríamos un montón de cosas como:
- Me gustaría que mi hijo/a fuese reponsable, en cambio, le educo en la cultura de la obediencia o de, justamente lo contrario, «haz lo quieras, no puedo contigo, aunque sepa que no es lo más saludable para tí»
- Me gustaría que fuese creativo, pero al final, soy yo como madre la que le hago las tareas, la que le traigo juguetes que lo hacen todo, para que se limite a ser un espectador.
- Me gustaría que valorse el esfuerzo y el valor de las cosas, aunque yo le de más de lo que necesite y le exija disfrutar de una meta pese a que nunca ha corrido la carrera.
- Me gustaría que fuese generoso, aunque dentro de la familia nunca colabore ni en la realización de las tareas diarias, ni en la solución de los problemas cotidianos, ni en la ayuda al vecino,…
- Hay muchas más cosas que nos gustaría que fuesen nuestros hijos de mayores, aunque estoy segura, que la mayoría de vosotros diríais la primera, QUE SEA FELIZ, ¿os dáis cuenta de todas las contradiciones que hay en los puntos anteriores?, ¿creéis realmente que estamos educando de una manera para conseguir que nuestros hijos/as sean adultos felices?
Si vosotros/as sois como yo, y también os habéis hecho esta pregunta y habéis reflexionado sobre qué tipo de adultos os gustaría que fuesen vuestros hijos, os animo a que visulicéis este VÍDEO que me parece muy interesante. Espero que os siva de ayuda!!!!